26/10/14

DIEZ FRUTAS QUE TU OES SÍ COME



Por EVA SAN MARTÍN 




¿Perros que comen fruta? Cuando se trata de alimentar a un can no es habitual pensar en introducir manzanas, peras, naranjas u otros frutos en su dieta. Sin embargo, algunos de ellos son buenos para el can, porque aportan fibra y antioxidantes, señalan algunos expertos en nutrición canina. Este artículo explica los beneficios de ciertas frutas para el perro, cómo ofrecérselas y las precauciones que hay que tener con algunas, como las uvas y pasas, que sí pueden ser peligrosas en grandes cantidades.

Perros que comen frutas

Peras, manzanas, plátanos, arándanos... Estos alimentos no solo pueden formar parte de la dieta humana."Frutas como la manzana y la pera aportan grandes beneficios al perro", señala el veterinario y dietista canino, Carlos Alberto Gutiérrez, autor del blog Nutricionista de perros.


Frutas como el plátano o los arándanos aportan antioxidantes y fibra al perro



Algunas frutas, además, son ricas en fibra, apunta Gutiérrez por su parte. "Aunque los perros no necesitan tomar mucha, ingerir pequeñas cantidades de fibra beneficia su sistema digestivo", asegura.
Frutas que sí puede comer el perro

Antes de introducir cualquier fruta en la alimentación de un perro hay que consultar con el veterinario o nutricionista canino. No todas las frutas son buenas para el can: las hay algo peligrosas e, incluso, tóxicas para canes, como las uvas y las pasas, siempre que el animal las ingiera en grandes cantidades.

¿Qué frutas sí son beneficiosas? Woodford, que empezó a cocinar en casa para sus perros después de que a uno de ellos, Jackson, le diagnosticaran cáncer, recomienda el siguiente listado de "frutas saludables para canes":


1. Arándanos (son antioxidantes)


2. Plátanos


3. Manzanas


4. Peras


5. Mangos


6. Papayas


7. Melones


8. Albaricoques


9. Ciruelas


10. Naranjas

Cuidado con las semillas y otras precauciones

I

La cantidad de fruta que el perro ingiera debe estar supervisada por el especialista. Esto es importante ya que no todos la aceptan. Algunos, incluso, pueden padecer alergias.

Y no debe sustituir a la dieta habitual del perro: se trata, en todo caso, de un complemento y en pequeñas cantidades.

¿Otras precauciones? "Todas deben estar libres de pipas y semillas antes de ofrecérselas al perro", remacha el autor de 'Alimentar mejor a tu mejor amigo '. Lo importante es lograr una dieta equilibrada para el perro, señala, por su parte, el veterinario Fausto Andrés. "Si el perro se alimenta con la cantidad de proteínas suficientes, se le puede ofrecer frutas sin problemas", asegura
¿Cómo lograr que el perro coma fruta?

Introducir las frutas en la dieta del perro desde que es un cachorro es una de las claves para que el can acepte este alimento. "Cuando esto ocurre, es habitual que el perro las disfrute y se las coma solas, sin necesidad de tener que mezclarlas con otras viandas", apunta Gutiérrez. Lo ideal, coincide Woodford, es "comenzar cuando son pequeños, con distintas frutas dentro de sus cuencos de comida". Que un perro adulto no habituado acepte las frutas como parte de su dieta es algo más complicado. Para ello, Gutiérrez propone mezclarlas con otros alimentos, como sardinas enlatadas o pollo. Y hacer un puré con los frutos, como explica este vídeo.


Es mejor cortar la fruta en trozos, para que el perro muerda su carne

Woodford aporta otro consejo: cortar la fruta en trozos. "Muchas frutas están envueltas en una piel dura, que puede suponer una resistencia para el perro. Cortarlas en pedazos ayuda a que el can muerda la carne de la fruta y que no sea la piel lo primero que encuentre".

La pauta, de nuevo, es no caer en el exceso. "La fruta no debe sustituir a la alimentación habitual, sino ser ofrecida como premios o regalos", concluye Andrés.

Consejos para ofrecer frutas al perro



Hay frutas beneficiosas para el perro. Entre ellas, la manzana, los arándanos y el plátano.


Otras, como las uvas o las pasas pueden ser tóxicas para el can, si las ingiere en grandes cantidades: dañan sus riñones.


Algunos veterinarios recomiendan retirar las semillas de las frutas (manzanas, peras albaricoque, etc.) que se ofrezcan al perro: son perjudiciales e inflaman su aparato digestivo, en especial si son grandes.


Antes de introducir frutas en la dieta del perro hay que consultar con el veterinario o nutricionista canino: no todos los canes aceptan el mismo tipo de dieta.


Cualquier cambio en la alimentación del perro debe ser paulatino, y supervisado por un profesional: no se pueden descartar posibles alergias.


Las frutas no pueden sustituir la dieta habitual del can: se trata de un suplemento que debe ofrecerse en pequeñas cantidades.


Un cachorro que coma fruta la aceptará mejor cuando sea adulto.


Mezclar peras o manzanas con alimentos naturales y sabrosos, como el pollo, ayuda a que el perro acepte estos alimentos.

30/6/14

LA ORACIÓN DE UN PERRO AL DORMIR





Ahora me acuesto a dormir,
La cama de tamaño King es suave y onda.
Duermo exactamente en el surcodel medio,
Mi humano/a puede difícilmente moverse.
He atrapado sus piernas,
Que son escondidas en la estrechez,
Y aquí es donde paso la noche.

Nadie me perturba  o se atreve a entrometerse.
Hasta que la mañana llega y “quiero comida”.
Me acerco sigilosamente para comenzar,
Y mordisqueo la barbilla de mi humano/a.
Porque la mañana está aquí es tiempo de jugar
Siempre parece que me salgo con la mía.

Así que gracias Señor, por darme,
Esta persona humana que yo veo.
La que me abraza fuerte,

Y comparte la cama conmigo de noche.

25/6/14

LA GASTRITIS EN LOS PERROS




La ingestión de alimentos descompuestos o contaminados, objetos extraños, vegetales tóxicos, productos químicos y/o drogas irritantes (por ejemplo determinados medicamentos) son causas corrientes de GASTRITIS AGUDA. Las etiologías virales y bacterianas no están bien identificadas en caninos pero existen.


Dado que los perros tienen hábitos alimenticios poco discriminatorios, no es infrecuente que se presenten en nuestras consultas por problemas gástricos. Los signos clínicos suelen comenzar con la aparición de vómitos agudos; el alimento y la bilis son típicos en el material vomitado, aunque en ocasiones nos podremos encontrar pequeñas cantidades de sangre. El perro afectado suele mostrar indiferencia por la comida, y podrá o no mostrarse enfermo. La fiebre y el dolor abdominal son poco comunes.

El diagnóstico de una gastritis será sencillo si el perro ha sido visto durante la ingestión de una sustancia irritante, pero esto no siempre ocurre. Por tanto, el diagnóstico se suele hacer por exclusión. Las radiografías de abdomen nos permiten en muchas ocasiones acercarnos al problema, y otra serie de pruebas como los análisis de sangre, descartar otro tipo de procesos, tales como: ingesta de cuerpos extraños, obstrucción, enteritis víricas, uremia, cetoacidosis diabética, hipoadrenocorticismo, enfermedad hepática, hipercalcemia, y pancreatitis.

Si los vómitos remiten en 24-48 horas de terapia sintomática y de sostén, podemos pensar que se trataba de una gastritis aguda, aunque el perro debe ser observado durante por lo menos 3 días después de la desaparición de los síntomas. Si no hay mejoria en el transcurso de este tiempo, deberemos realizar las pruebas necesarias que nos lleven a un diagnóstico acertado.

La suspensión de agua y de alimento durante 12-24 horas puede ser suficiente como único tratamiento para controlar los vómitos, pero si éstos persisten, son profusos, o se observa depresión como consecuencia de ellos, deberemos administrar antieméticos de acción central por vía parenteral, es decir, no oral, y fluidoterapia. Después de procederá a dar cantidades pequeñas de agua, y si el perro no la vomita, pasaremos a dar pequeñas cantidades de dieta blanda.

Existen varios tipos de GASTRITIS CRÓNICA (por ejemplo linfocítica/plasmocítica, eosinofílica, granulomatosa, atrófica).

La linfocítica/plasmocítica podría ser una reacción inmunológica y/o inflamatoria a determinadas sustancias y bacterias que reciben el nombre de antígenos. Determinados microorganismos como el Helicobacter podrían ser responsables de tal reacción en algunos perros, aunque parece ser que está circunstancia es más frecuente en gatos. La gastritis esosinofílica puede ser la manifestación de una reacción alérgica, tal vez debida a los antígenos alimentarios, es decir a algún componente del alimento. La gastritis atrófica puede ser el resultado de la enfermadad gástrica crónica...

La falta de apetito y el vómito serán los signos más frecuentes en los animales afectados. La frecuencia del vómito varía desde 1 vez por semana hasta muchas veces al día. Algunos pacientes sólo manifestarán anorexia que se puede acompañar de náuseas leves.

El diagnóstico lo basaremos en una serie de pruebas clínicas: las radiografías nos suelen mostrar engrosamiento de la mucosa gástrica, cosa muy poco específica. Por tanto, en la mayoría de las ocasiones en que los veterinarios sospechemos de la presencia de una gastritis crónica será necesaria la realización de biopsias de la mucosa gástrica, y del duodeno, por medio de la endoscopia. Una vez obtenidas las muestas, será el histopatólogo el que nos diga ante que problema gastrico crónico nos encontramos.

En cuanto al tratamiento, la gastritis linfocítica/plasmocítica a veces responde a la terapia dietética (dietas bajas en grasa, hipofibrosas y de eliminación) sola. Esta última consiste en alimentar al perro durante un mes con una comida que contenga fuentes de proteinas y de carbohidratos que el perro no haya ingerido nunca. Si no conseguimos la clara mejoría del animal con cambios en la alimentación, podremos acompañarla con la administración de corticoesteroides a dosis inmunosupresoras. Una vez conseguida la mejoría clínica, la dosis del medicamento será reducida de forma lenta para evitar la aparición de los indeseables efectos colaterales, hasta encontrar la mínima cantidad que controle los síntomas de la enfermedad.
En algunos casos se hará necesaria la utilización de otros fármacos inmunosupresores como la azatioprina o drogas similares. En muchos casos el uso de antagonistas de receptores H2 (cimetidina, ranitidina, famotidina y nizatidina), resultará muy beneficiosos. Estos medicamentos estás siendo sustituidos en la actualidad por inhibidores de la bomba de protones, como el omeprazol y similares.
La gastritis eosinofílica canina suele responder bien a una dieta de eliminación estricta. Si la terapia dietética sola fracasa, por lo usual es efectiva la administración de glucocorticoides junto a la dieta.
La gastritis atrófica y granulomatosa son de tratamiento más difícil que la linfocítica/plasmocítica y que la eosinofílica. Las dietas pobres en fibra y grasas (pollo, queso fresco y patata) pueden ayudar en el control de los síntomas.
La gastritis atrófica puede responder a un coctel de medicamentos formado por corticoesteroides, antiácidos y procinéticos.

El pronóstico para los perros afectados de gastritis crónica suele ser bueno, siempre y cuando se cumplan los tratamientos establecidos con la máxima pulcritud, cosa que desgraciadamente no siempre sucede.

Existen varias bacterias en el género Helicobacter. Helicobacter pylori es la principal espiroqueta hallada en la mucosa gástrica humana, mientras que Helicobacter heilmannti (Gastrospirillum hominis) puede ser la principal espiroqueta estomacal en pacientes caninos. Los perros con infecciones gástricas por Helicobacter pueden tener naúseas, anorexia, y/o vómitos. Sin embargo muchos perros infectados son asintómaticos, por lo que no se ha llegado a establecer una relación causa/efecto obvia entre Helicobacter y enfermedad gástrica canina. Existen evidencias anecdóticas razonables de que algunos animales enfermos con infecciones gástricas por Helicobacter superaron sus cuadros clínicos con la erradicación de la bacteria, por lo que debemos asumir que tales organismos pueden ocasionar enfermedad en algunos pacientes.
La biopsia gástrica es necesaria para el diagnóstico de infección por Helicobacter, cosa bastante sencilla una vez obtenida la muestra de mucosa del estómago.
El tratamiento se realiza con una combinación de metronidazol, omeprazol (o un antagonista de los receptores H2, como la famotidina) y amoxicilina
u otros antibióticos. Algunos perros responden a la monoterapia con eritromicina o amoxicilina, e incluso la azitromicina se ha mostrado muy efectiva. La terapia debe mantenerse como mínimo 10 días.

Dado que no sé si nos leen en Estados Unidos, tan sólo nombrar a un parásito del estómago del perro que se da en ese país y que recibe el nombre de "Physaloptera rara", capaz de causar serios problemas gástricos.

La causa de la HIPERTROFÍA PILÓRICA MUSCULAR BENIGNA (ESTENOSIS PILÓRICA) es incierta, aunque algunas investigaciones sugieren que la gastrina (hormona segregada por las glándulas pilóricas que regula la secreción de ácidos en el estómago) promueve su desarrollo. El píloro es una especie de válvula o esfinter que pone en comunicacíon el estómago con el intestino delgado.
La estenosis pilórica es causa de vómito persistente en animales jóvenes, especialmente en perros braquicefálicos. Los afectados suelen vomitar alimento, a menudo al poco tiempo de haberlo ingerido. El vómito en ocasiones se describe como "en proyectil". Los perros que presentan este problema son por lo demas clinicamente normales, aunque en algunos casos pueden perder peso.
El diagnóstico requiere la identificación de la obstrucción gástrica con radiografías de contraste, gastroduodenoscopia y/o cirugía exploratoria.
Lo indicado una vez establecido el diagnóstico es la corrección quirúrgica, bien sea por piloromiotomia o piloroplastia. Esta última técnica es más eficaz, pero si no se hace adecuadamente puede ocasionar perforación u obstrucción.

La HIPERTROFIA DE LA MUCOSA ANTRAL es idiopática (causa desconocida). La obstrucción de la salida del estómago está causada por el exceso de mucosa que ocluye el antro gástrico, es decir el píloro.
Se da con más frecuencia en perros de edad avanzada y de razas pequeñas.
Los síntomas son similares a los que se presentan en la estenosis de píloro, es decir, el perro vomita la comida al poco rato de ingerirla.
Se puede diagnosticar con radiología, ultrasonografía o endoscopia; sin embargo el diagnóstico definitivo requiere la realización de una biopsia.
El tratamiento es quirúrgico, y el pronóstico es excelente.

Los objetos que llegan a atravesar el esófago pueden transformarse en cuerpos extraños gástricos o intestinales. Con posterioridad, el vómito puede derivar de la obstrucción de la salida del estómago, distensión gástrica o irritación. LOS CUERPOS EXTRAÑOS que llegan al estómago podrán ocasionar la perforación intestinal con el resultante de peritonitis por lo que deben ser extraidos con celeridad.
Los hábitos alimentarios poco discriminatorios de los perros, facilitan la presentación de este tipo de patologías. Son muchos los "objetos" que me he encontrado en el aparato digestivo de los perros a lo largo de los años: tetinas, chupetes, piedras, huesos, prendas del hogar, ropa interior, agujas, broches, bolígrafos, juguetes, mecheros, preservativos, pelotas... Lo malo en estos casos, es que los perros que ingieren objetos, suelen hacerlo repetidas veces, por lo que nos es raro que tengan que ser operados por obstrucción intestinal varias veces a lo largo de su vida. El vómito (no la regurgitación) es una manifestación común, pero algunos pacientes exiben sólo anorexia, mientras que otros son asintomáticos.
El comienzo agudo de vómito en un paciente de otro modo normal, en especial en un cachorro, sugiere la ingestión de un cuerpo extraño. El objeto puede ser palpable durante la exploración, aunque no siempre es así, o ser reconocido en una radiografía simple. Las placas radiográficas contrastadas, la ecografía y la endoscopia son los medios de diagnóstico más indicados, ya que no todos los cuerpos extraños se dejan ver en una radiografía simple. Además, si el estómego tiene contenido alimenticio será mucho más complicada su identificación.
En cuanto al tratamiento, aunque muchos de estos objetos podrán recorrer todo el tracto digestivo y ser eliminados, en la mayoría de los casos se requiere su extracción. Podemos plantearnos el inducir el vómito, y existen productos que nos pueden ayudar para tal fin, pero esta maniobra sólo debe ser realizada si el cuerpo extraño no tiene bordes o puntas agudas y es de un tamaño adecuado para volver a pasar por el esófago pero en dirección contraria a la que entró o si abandonó el estómago y pasó al intestino. Si hay dudas lo mejor es no intertarlo, y proceder a su extracción por endoscopia o mediante procedimiento quirúrgico. En ocasiones, el alimentar al perro con espárragos fibrosos, facilita la expulsión del objeto.
El pronóstico por lo general es bueno, salvo que el paciente esté debilitado o exista peritonitis septica secundaria o perforación estomacal.

La causa de la DILATACIÓN/VÓLVULO ESTOMACAL se desconoce pero puede derivar de una motilidad gástrica anormal. La conformación del tórax guarda relación con el riesgo; el Setter irlandés con un tórax más profundo en relación con el ancho, tiene mayor probabilidad de experimentar DVE. Los perros cuyos padres sufrieron el proceso pueden tener el riesgo de padecerlo. Existen datos contradictorios con respecto a la influencia del sexo y la rapidez en la ingestión de la comida, pero parece ser que la ingestión de la ración del día en una sola vez, y la exposición posterior al ejercicio, pueden incidir de manera significativa en su aparición.
La DVE ocurre cuando el estómago se dilata de forma excesiva con gas. El estómago puede mantener su posición anatómica normal (dilatación gástrica) o darse la vuelta, es decir, retorcerse (DVE). Si el estómago se retuerce lo suficiente, la salida del estómago (píloro) se obstruye y se produce la distensión gaseosa progresiva, es decir, el estómago se va llenando de aire. La torsión del bazo puede ocurrir en forma concurrente. La distensión gástrica masiva obstruye las venas porta hepática y cava posterior, causando serios transtornos circulatorios.
Podemos decir que la DVE se presenta principalmente en razas caninas grandes y gigantes con tórax profundo; rara vez la veremos en razas pequeñas y medianas.
Los perros afectados presentarán arcadas improductivas y manifestarán dolor abdominal. Al poco tiempo, si observamos el abdomen del perro, veremos una importante distensión, aunque no siempre se hace evidente en perros grandes y musculados. Eventualmente se observará depresión y un estado moribundo.
Las radiografías laterales del lado derecho del abdomen del perro, nos permitiran el diagnóstico de este grave proceso.
El tratamiento consiste en una terapia agresiva para contrarestar el estado de choque en que se encuentran estos animales, y debe empezar con la infusión de una solución salina hipetónica, que debe ser seguida de la descompresión estomacal (sacar el aire del estómago), a no ser que el paciente se esté asfixiando, en cuyo caso lo primero que hay que hacer es actuar a nivel del estómago.
La descompresión se hará con un tubo orogástrico, y posteriormente se hará un lavado del estómago con agua templada. Si el tubo no entra en el estómago con facilidad, se optará por una punción del mismo con un trocar adaptado para tal fin o bien por medio de una gastrotomia.
Una vez estabilizado el perro, se procederá de forma quirúrgica, para recolocar el estómago, y extirpar el bazo si es que ha sufrido daños irreparables. En ocasiones se puede optar por intervenir mediante cirugía antes de estabilizar al perro, previa descompresión estomacal, según la valoración clínica que se haya realizado.
El pronóstico depende de la rapidez del reconocimiento del proceso y de su oportuno tratamiento. Se han comunicado tasas de mortalidad del 30%.

Las causas del VÓLVULO ESTOMACAL PARCIAL O INTERMITENTE, tal vez sean las mismas que las de la DVE clásica. Los perros afectados no tienen el riesgo de morir que tienen los que padecen la forma clásica.
Se presenta también en razas grandes o gigantes, produciendo un cuadro clínico intermitente. Puede ocurrir de forma repetida y resolverse de modo espontáneo; los perros pueden parecer normales entre los accesos.
En ocasiones el estómago se mantiene en posición torcida pero no se llena de gas. En estos casos, en muchas ocasiones, son necesarias placas de estómago repetidas y/o con contraste antes de llegar a la conclusión que el estómago está en una posición anormal.
El tratamiento es quirúrgico.

La HIPOMOTILIDAD GASTRICA IDIOPATICA, es un síndrome caracterizado por un mínimo vaciamiento y motilidad estomacales a pesar de la ausencia de obstrucción anatómica o lesiones inflamatorias.
Los perros afectados suelen vomitar el alimento varias horas después de haberlo ingerido, pero salvo este contratiempo, están normales. Puede o no haber pérdida de peso.
El uso de procinéticos como la metoclopramida, que incrementa el periltastismo en algunos perros, puede ser útil. En caso de no obtener mejoría con este fármaco, se puede utilizar la cisaprida o la eritromicina. Las dietas pobres en grasas y en fibra también han demostrado su utilidad.

El SÍNDROME DE VÓMITO BILIOSO puede estar causado por el reflujo gastroduodenal que ocurre cuando el estómago está vacío durante periodos prolongados, por ejemplo durante la noche.
Se suele presentar en perros que son alimentados sólo una vez al día por la mañana. El perro suele vomitar un líquido teñido con bilis una vez al día, por lo general por la tarde, o por la noche, o por la mañana antes de comer.
Se trata de un problema de fácil solución: basta con dar una pequeña porción de alimento en la tarde noche, y un procinético gastrico a la misma hora.

Existen varias causas de ULCERACIÓN/EROSIÓN GASTROINTESTINAL (UEG). La úlceración por estrés está causada por choque hipovolémico, séptico o neurogénico marcado, como el que sucede después del trauma, cirugía, endotoxemia, pero se puede presentar en otras muchas enfermedades. Estas úlceras se presentan en el antro gástrico y/o duodeno (intestino delgado)
Determinados medicamentos como los AINE (aspirina, fenilbutazona, ibuprofeno, naproxeno, piroxicam, indometacina) por lo común son utilizados por muchos propietarios sin consulta previa a su veterinario, y son la causa más frecuente de úlceras gástricas, ya que sus vidas medias en el organismo son más prolongadas en los perros que en las personas.
El uso concurrente de más de un AINE y corticoesteroides (sobre todo la dexametasona) incrementa el riesgo de UEG. El carprofeno, meloxicam, robenocoxib, mavacoxib, firocoxib, y otros antiinflamatorios de prescripción veterinaria que usamos en nuestras clínicas con mucha frecuencia, tienen mucha seguridad con respecto a los AINE,s que se utilizan en medicina humana. Los perros que son medicados con AINE,s y que tienen problemas circulatorios, tienen mayor riesgo de padecer UEG.
El fallo renal y el hepático también pueden ocasionar úlceras y erosiones a nivel digestivo, así como la enfermedad intestinal inflamatoria.
Cualquier perro que está afectado por UEG, suele presentar anorexia, y si hay vómitos se acompañarán de sangre (fresca o digerida). En muchas ocasiones, estos animales presentarán anemia y/o hipoproteinemia que podrán ser las responsables de presencia de edemas, mucosas pálidas, debilidad, y disnea.
El diagnóstico de esta enfermedad se fundamenta en la evidencia de sangrado gastrointestinal (hematemesis o vómito de sangre, melena o sangre en heces, anemia por deficiencia de hierro) en un paciente sin problemas de coagulación.
Si por desgracia hay perforación se va a presentar peritonitis, signos de abdomen agudo, y sepsis.
Es evidente según lo expresado anteriormente, que el tratamiento va a depender de la existencia o no de complicaciones. Si no hay riesgo para la vida (no hay anemia intensa, choque, sepsis, dolor abdominal marcado o depresión sustancial) el tratamiento será sintomático. Podemos utilizar antiácidos, antagonistas de receptores H2, sucralfato, fluidoterapia, ayuno, nutrición parenteral, entendiendo que si el sangrado no remite en 5 o 6 días se hará necesaria la intervención quirúrgica.
Como siempre es preferible prevenir que curar es recomendable que ante determinados tratamientos con AINE,s, especialmente los de larga duración, estos medicamentos sean suministrados con protectores de la mucosa gástrica, aunque no siempre sean totalmente efectivos.

Las NEOPLASIAS de estómago (adenocarcinoma, linfoma, leiomioma, y leiomiosarcoma) pueden provocar también úlceras o erosiones en la mucosa digestiva.
Los perros con tumores gástricos por lo usual son asintómaticos hasta que la enfermedad está avanzada. La anorexia (no el vómito) es la manifestación más corriente. El vómito causado por un cáncer de estómago denota un proceso avanzado u obstrucción de la salida gástrica. En estos casos solemos apreciar una clara pérdida de peso, debido a la anorexia o al síndrome de caquexia cancerígena. El vómito de sangre se presentará de forma ocasional. Algunos tumores son capaces de provocar anemia por deficiencia de hierro incluso si el sangrado digestivo no es evidente. La presencia de pólipos raramente provoca síntomas.
La anemia por deficiencia de hierro en un perro sin sangrado evidente sugiere hemorragía gastrointestinal, a menudo promovida por cáncer. La mayoría de los tumores de estómago son claramente visibles por endoscopia.
El pronóstico para los adenocarcinomas y linfomas es malo, a menos que sean detectados con mucha precocidad. Los leiomiomas y leiomiosarcomas, si se reconocen en un estudio relativamente temprano, a menudo se curan con la cirugía. De modo llamativo, los pólipos gástricos no requieren la resección a menos que originen obstrucción de la salida.

Con este artículo damos por concluido el repaso que hemos dado a las enfermedades del aparato digestivo, y que han sido publicados en los últimos números de la revista. Espero que os hayan sido de utilidad.

José Enrique Zaldívar Laguía.
Clínica Veterinaria Colores.
Pso de Santa María de la Cabeza 68 A.
28045-Madrid.

16/6/14

Beauties...



Espejito, espejito, dime si soy el más hermoso.....

Mirror, mirror, tell me I'm the most beautiful ......



Miroir, mon beau miroir, dis moi que je suis le plus beau......

« POR QUÉ AMAR A LOS ANIMALES »





Porque lo dan todo, sin pedir nada.

Porque ante el poder del hombre que cuenta con armas, son indefensos.

Porque son eternos niños, porque no saben de odios, ni guerras.

Porque no conocen el dinero y se conforman solo con un techo donde guarecerse del frío.

Porque se dan a entender sin palabras.
Porque su mirada es pura como su alma.

Porque no saben de envidia ni rencores. 
porque el perdón es algo natural en ellos.

Porque saben amar con lealtad y fidelidad.

Porque dan vida sin tener que ir a una lujosa clínica.

Porque no compran amor, simplemente lo esperan.
Porque son nuestros compañeros, eternos amigos que nunca traicionan.

Y porque están vivos.

Por esto y mil cosas más, merecen nuestro amor.

Si aprendemos a amarlos como lo merecen, 
estaremos más cerca de Dios.


Madre Teresa de Calcuta

31/5/14

EL CICLO REPRODUCTIVO EN LAS OES



Ciclo reproductivo de los perros


El ciclo reproductivo o más técnicamente el Celo, es el periodo de apareamiento de las hembras. Cuando se produce, los animales se dice que están “en calor” o “a tiempo” o “en celo”. Las OES suelen tardar en tener su primer celo entre los 12 a 24 meses de edad. El ciclo completo tiene una duración media de 21 días, pero esto puede variar con algunos perras. 

Los síntomas de Celo

• El inicio del ciclo por lo general comienza en las perras con una gran cantidad de atención y lamidos hacia su vulva y hay algo de inflamación dura alrededor del área vaginal.

• Se iniciará el sangrado de color rojo oscuro de la vagina.

• El flujo puede ser bastante pesado durante los primeros días y por lo general disminuye en cantidad durante la siguiente semana.

• El color también cambia de rojo oscuro a color salmón a medida que progresa el ciclo.

• La vulva o el área alrededor de la vagina se hincha considerablemente y luego comienza a ablandarse porque sus subidas de nivel de progesterona y su cuerpo se preparan para liberar los óvulos de los ovarios.



Etapas de la fase del ciclo reproductivo 1 – Conocido como “Proestrus”

La primera parte del ciclo se caracteriza por el sangrado e inflamación en la vulva, el posible aumento de la micción y lo más notable, los machos rondando la casa. Durante este período, las hembras no permitirán que los machos proliferen con ellas, aunque estos van a ser muy persistentes.

Etapa 2 – Conocido como “celo”

La segunda parte es el momento en que la hembra le permitirá al macho engendrar y esto puede durar entre 4-21 días. Una hembra la mayor parte del tiempo permitirá a cualquier macho proliferar durante este tiempo.

Etapa 3 – Conocido como “Diestrus”

A medida que la perra empieza a salir del ciclo reproductivo, va a estar menos dispuesta a proliferar, esta etapa puede durar 4-14 días, pero los promedios son de aproximadamente 7 días. El siguiente ciclo comienza generalmente alrededor de 6 meses desde del inicio del ciclo actual pero de nuevo esto varía de perro a perro. El intervalo generalmente es el mismo incluso si ella se queda embarazada.

Si no se están reproduciendo en un ciclo seguro, se debe tener cuidado durante los 21 días, no llevarla a pasear en absoluto, sino mantenla confinada al patio cercado durante todo el tiempo. La razón de esto es que ella va a orinar con frecuencia y en un paseo, los machos recogerán el olor y la seguirán camino a casa.



*En nuestra experiencia personal, las hembras suelen tener su primer celo hacia los 8-12 meses, aunque hemos tenido OES que los han tenido a los dos años. 

El período más fértil es el que va entre el día 13-15 del comienzo del sangrado ( tomando como día 1 el primero donde se ven manchas de sangre)

29/5/14

ESTANDAR ACTUALIZADO DE LA RAZA

Estándar-FCI n° 16  ANTIGUO PERRO DE PASTOR INGLÉS (Old English Sheepdog)

(Old English Sheepdog)

TRADUCCIÓN : Brígida Nestler/Versión original :  (EN)

Supervisión Técnica : Miguel Ángel Martínez 

ORIGEN: Gran Bretaña

FECHA DE PUBLICACIÓN DEL ESTÁNDAR OFICIAL VÁLIDO

13.10.2010. 

UTILIZACIÓN  Perro de pastor.

CLASIFICACIÓN FCI

Grupo 1     Perros de pastor y perros boyeros.(excepto
perros boyeros suizos).

Sección 1   Perros de pastor.

Sin prueba de trabajo.



BREVE RESUMEN HISTÓRICO:

Aunque en el registro el Old English Sheepdog sea considerado  como británico,
se cree que el antecesor  era el perro de pastor europeo de tipo Owtcharka
y Bergamasco cruzados con perros pastores británicos. En la actualidad es
considerada una raza autóctona británica, muchas veces llamada Bob- tail.
Fuerte, compacto, cubierto de pelo tupido. El pelo es  una característica 
y es resistente al clima. Básicamente un perro de campo, inteligente y amigable
con un ladrido particular suficiente para ahuyentar a todo intruso.

APARIENCIA GENERAL:

Es un perro fuerte, simétrico, cuadrado, de construcción muy armoniosa y de
constitución robusta. Absolutamente nada de debilidad en los miembros.
Completamente cubierto de un pelo abundante. Es un perro musculoso, sólido y
con una expresión muy inteligente.

Las formas naturales no deben ser modificadas artificialmente usando
tijeras o maquinas esquiladoras. De gran vitalidad, presentando una línea
superior ligeramente ascendiente y, visto de arriba, un cuerpo en forma de
pera. Tiene un balanceo típico cuando camina con paso de ambladura o con paso
normal. Su ladrido tiene un timbre que le es característico.

PROPORCIONES IMPORTANTES

En el perro, estando de pie, la cruz es más baja que el lomo

La cabeza proporcionada al tamaño del cuerpo.

La longitud del hocico mide aproximadamente la mitad de la longitud total
de la cabeza



TEMPERAMENTO / COMPORTAMIENTO

Es un perro dócil con un buen carácter. Atrevido, fiel, y digno de
confianza. No es de modo alguno temeroso o agresivo si no es provocado.



CABEZA REGIÓN CRANEAL

Cráneo :

Voluminoso y de forma cuadrada. La región supra-orbitaria está bien
arqueada. Depresión naso-frontal (Stop) :  Bien definida.



REGIÓN FACIAL

Trufa : Grande y de color negro. Las ventanas nasales son anchas.

Hocico : Fuerte, cuadrado y truncado,

Mandíbulas / dientes : Dientes fuertes, grandes y bien colocados.
Mordida en tijera : las mandíbulas son fuertes y articulan en forma de
tijera perfecta, regular y completa, es decir, que los incisivos superiores recubren
los inferiores en contacto estrecho y están implantados en escuadra en relación
a las mandíbulas. La mordida en pinza es tolerada pero indeseable.

Ojos :  Bien separados. Ojos de color oscuro u ojos gazeos. Los
dos ojos azules son admitidos. Los ojos claros son un defecto. Se preferirá el
borde de los ojos pigmentado.

Orejas : Pequeñas y pegadas a los lados de la cabeza,



CUELLO : De buena longitud, fuerte y graciosamente
arqueado.



CUERPO : Más bien corto y compacto.  

Lomo : Muy robusto, ancho y ligeramente arqueado.

Pecho : Bien descendido y amplio. Las costillas son bien arqueadas.



COLA : Anteriormente la costumbre era amputar la cola o nacido naturalmente sin cola. 

Amputada Habitualmente completamente amputada.

Sin amputar :  Porte natural  Con buen fleco y
abundante pelo de textura dura.



EXTREMIDADES

MIEMBROS ANTERIORES :

Hombros : Las escápulas deben ser bien oblicuas, más  cercanas en
la zona de la cruz que en los hombros. Los hombros cargados son indeseables.

Codos : Bien pegados al pecho.

Antebrazo: Extremidades anteriores perfectamente derechas ; su
osamenta es muy fuerte, sosteniendo el cuerpo de manera que no esté cerca de la
tierra.

Pies anteriores: No deben estar girados ni hacia dentro ni hacia fuera. Son
pequeños y apretados. Dedos bien arqueados, almohadillas gruesas y sólidas.

MIEMBROS POSTERIORES :

Apariencia general: El tercio posterior está bien cubierto de pelos,
redondo y musculoso.

Rodilla : Bien angulada, pero sin exageración.

Pierna : Larga y bien desarrollada.

Corvejón : Bien descendido.

Metatarso: Visto de atrás, deben estar perfectamente derechos.

Pie posterior: No deben estar girados ni hacia dentro ni hacia fuera. Son
pequeños y apretados.

Dedos bien arqueados, almohadillas gruesas y sólidas.



MOVIMIENTO

Cuando camina, el posterior se balancea a la manera de un oso. Al trote, la
extensión es

fácil y la impulsión dada por les posteriores es potente. Los miembros se
desplazan en

planos paralelos al eje del cuerpo. Galope muy elástico. En movimientos
lentos,

ciertos perros pueden tener tendencia a marchar en paso de ambladura.

En movimiento, el perro puede adoptar un porte de cabeza naturalmente más
bajo.



MANTO

Pelo : Abundante, de textura bien áspera ;  no es
liso, pero sí hirsuto y exento de

bucles. El subpelo es impermeable. La cabeza y el cráneo están bien
cubiertos

de pelo. Las orejas están moderadamente cubiertas. El cuello bien cubierto,
así

como los miembros anteriores sobre todo su contorno. El pelo es más
abundante

en el tercio posterior que en el resto del cuerpo. Se debe dar más
importancia

a la calidad, a la textura de pelo que a la longitud y abundancia.



COLOR : Cualquier tonalidad de gris, grisáceo o azul. El cuerpo y el
tercio posterior son de color uniforme, con o sin pequeñas manchas blancas en
los extremos de los miembros (calcetines). Las manchas blancas en las zonas
unicolores deben ser rechazadas.  La cabeza, el cuello, las extremidades
delanteras y la parte inferior del vi entre deben ser blancos, con o sin
manchas. Cualquier tonalidad marrón es indeseable.



TAMAÑO Y PESO

Altura a la cruz    Machos:    61 cm y
más,

Hembras:   56  cm y más.

El tipo y el equilibrio de formas son de mayor importancia y no deben, en
ningún caso, ser sacrificados por la talla.



FALTAS : Cualquier desviación de los criterios
antes mencionados se considera como falta y la gravedad de ésta se considera al
grado de la desviación al estándar y de sus consecuencias sobre la salud y el
bienestar del perro y de la capacidad del perro para realizar su tarea
tradicional.



FALTAS DESCALIFICANTES:

  • ·Perro agresivo o temeroso

  • ·Cualquier perro mostrando claras señales de anormalidades físicas o de comportamiento
    debe ser descalificado.

  • ·N.B.: Los machos deben tener dos testículos
    de apariencia normal completamente descendidos en el escroto.

Sólo los perros funcional y clínicamente saludables, con la conformación
típica de la raza, deberían usarse para la crianza.

Los últimos cambios son en negrita.

9/5/14

LA CARNITINA EN LOS OES OBESOS

La carnitina en los alimentos para perros con obesidad

Debido a sus propiedades para metabolizar y usar de manera más eficiente los ácidos grasos (grasa), la L-carnitina es usada desde hace años en programas de adelgazamiento.
Al ser un aminoácido y por lo tanto un nutriente y no un fármaco, la carnitina es utilizada de forma más segura y con menos preocupación de sobredosis. Desde deportistas que la utilizan para aumentar su rendimiento gracias a la incorporación de la grasa dentro de la mitocondria en forma más eficiente, los pacientes con cardiopatías, hasta la gente que desea perder peso de manera más rápida y efectiva, la carnitina se ha vuelto “el aminoácido de moda” y ésta ha llegado incluso a los alimentos para mascotas.
Los mamíferos producen este aminoácido en cantidad suficiente y el mismo se encuentra en todos los músculos en abundancia, de ahí el prefijo latín de su nombre carni. Entonces, si está en suficiente cantidad en el organismo ¿Conviene suplementar el alimento con carnitina?
Como la carnitina se encuentra principalmente en la carne ésta es su principal fuente. Pero no todas las carnes la contienen en la misma cantidad, por ejemplo, la de res y cordero tienen los más altos niveles, alcanzando de 600 a 2000 mg/kgmientras que el pollo alcanza apenas los 100 mg/kg, y órganos internos como el hígado y el riñón no sobrepasan los 20 mg/kg. Cierto es que productos lácteos como la leche, algunos vegetales, nueces y levadura a duras penas llegan a los 5 mg/kg.
¿Para qué sirve la carnitina?
La mitocondria necesita grasa para generar energía, ésta no puede entrar en forma de ácidos grasos de cadena larga, se necesita un trasportador para estos ácidos grasos y éste es la carnitina.
Incorporar ácidos grasos (grasa) a la mitocondria y generar energía puede tener muchos efectos benéficos como dijimos anteriormente. Un atleta mejora su rendimiento si es suplementado con carnitina porque utiliza mejor su grasa corporal como fuel. Gente con sobrepeso que es sometida a correctos regímenes alimentarios más ejercicio, pierde peso más rápido cuando es suplementada con carnitina.
En perros, se han visto resultados esperanzadores cuando es utilizada en las siguientes condiciones:
Mejora en la fertilidad de los machos (Causas comunes de la infertilidad en machos caninos)
En mi experiencia personal he visto una diferencia enorme cuando se intenta reducir de peso a un perro utilizando dietas caseras en comparación con las dietas comerciales convencionales ¿A qué se debe esto? Quizá gran parte de la respuesta esté en las enzimas y en la carnitina.
En la consulta veterinaria cuando me llevan a un paciente que “ha probado todo” para adelgazar de peso y dicho paciente no tienen ningún problema hormonal, las dietas caseras a base de proteína y niveles medios a bajos de grasa y con ausencia total de cereales, los resultados son exitosos en la gran mayoría de los casos.
Cuando utilizamos carne como fuente de proteína en perros obesos, sobre todo carne roja, rica en carnitina ésta ayuda a metabolizar mejor la grasa introducida a la mitocondria. Además, las enzimas presentes en el alimento son de gran ayuda en muchos procesos bioquímicos corporales, entre ellos la metabolización correcta de los nutrientes así como la utilización de grasas.
Se permite utilizar hasta 700 ppm en los alimentos para perros, pero debido a su precio se utiliza, principalmente, en alimentos para reducción de peso en una proporción de 100 a 300 ppm.
Puedo asegurar que una dieta rica en carne roja, bien balanceada, supera en carnitina –con creces- a la mejor de las dietas comerciales para adelgazar a los perros.
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Firma
 
 
Carlos Alberto Gutiérrez
Médico Veterinario Col.5950
Experto en Nutrición Canina

1/5/14

DIARREAS EN EL PERRO: GIARDIAS Y ENFERMEDAD INTESTINAL CRÓNICA.




DIARREAS EN EL PERRO: GIARDIAS Y ENFERMEDAD INTESTINAL CRÓNICA.

Entre los problemas clínicos que con más frecuencia nos encontramos en nuestro trabajo diario, aparecen las diarreas. Debe quedar claro, que esta alteración digestiva, es un síntoma de que algo no funciona bien en el tracto intestinal de vuestro perro. Es decir no se trata de una enfermedad en si. Las patologías que las producen son numerosas, y el problema se nos plantea a los veterinarios, cuando estas se perpetúan en el tiempo, es decir, pasan a convertirse en un síntoma crónico. Normalmente son procesos de curso que con el tratamiento adecuado, ceden en 24-48 horas.

Cuando los síntomas duran entre 2 y 4 semanas podemos decir que estamos ante una diarrea de carácter crónico. Normalmente pueden ser resueltas, pero para ello, los veterinarios debemos realizar una investigación detallada, ya que si no son tratadas adecuadamente pueden conducir a una enfermedad malaabsortiva grave y a la muerte del perro..

Debéis saber que la función primaria del intestino delgado en los perros es asimilar los nutrientes mediante los procesos de digestión y absorción. Además, en el intestino se producen funciones motoras que incluyen la segmentación rítmica para la propulsión de alimentos, y el peristaltismo para moverlos en forma continua. La unión de estos dos mecanismos hacen posible el movimiento de los contenidos a través del intestino delgado.

Los signos clínicos más corrientes asociados a enfermedad crónica del intestino delgado son la diarrea y la pérdida de peso. El vómito es frecuente si se trata de procesos infamatorios y también son síntomas importantes la presencia intermitente de inapetencia, indiferencia, borborigmos, flatulencia, temblores y signos de dolor abdominal. Estos últimos pueden muy sutiles y pasar inadvertidos para vosotros.

Las alteraciones del colon (intestino grueso), también son causa común de diarrea. La diarrea originada en el intestino grueso debe diferenciarse clínicamente de la surgida del intestino delgado porque los tratamientos a veces son diferentes. En el presente artículo me centraré especialmente en las del intestino delgado..

Lo que nos vamos a encontrar como consecuencia de la mala funcionalidad intestinal es lo que conocemos como síndrome de malaabsorción. Las causas de esta “anómala asimilación” de los alimentos y que nos vamos a encontrar con frecuencia son la enfermedad intestinal inflamatoria, que reciben diferentes nombres, demasiado técnicos para ser nombrados aquí; la malaabsorción también puede ser provocada o secundaria a lo que conocemos como hipermultiplicación bacteriana o a infecciones parasitarias como las giardiasis.

Estas enfermedades nombradas anteriormente van a provocar lo que se llamamos enteropatía con pérdida de proteínas, que se caracterizan por la pérdida de proteínas del suero dentro de la luz intestinal.

No debemos olvidar, que a veces estos procesos vienen derivados de la presencia de tumores en el tracto digestivo, como son los linfosarcomas.

La presencia de giardias es actualmente una de las causas más frecuentes de diarreas crónicas o intermitentes en los perros. A veces su presencia va acompañada de vómitos, que incluso puede ser el síntoma predominante. Se trata de un problema difícil de diagnosticar y de tratar, en especial cuando da lugar a procesos inflamatorios que provocan que la flora bacteriana normal del intestino sufra una gran multiplicación. Para hacer frente a este tipo de infección se requiere un sistema inmune sumamente competente. La diarrea puede aparecer 5 días después de la exposición a la infección. Para su diagnóstico utilizamos diferentes métodos, como es la observación microscópica de una muestra de heces. Dado que este parásito no se elimina de forma continua en las deposiciones, será necesario el análisis de cómo mínimo tres muestras. Existen actualmente otras técnicas de laboratorio, que identifican el antígeno del parásito en las heces.

Durante muchos años el tratamiento de elección para las giardias ha sido el metronidazol. Actualmente sabemos que el albendazol es muy efectivo, pero tiene un grave inconveniente, y es que puede provocar una importante bajada de glóbulos blancos (leucopenia) y letargia. Es por esto que la mayoría de los veterinarios, si no conseguimos parar la infección con metronidazol, con una eficacia del 70% (que además tiene efectos antiinflamatorios y antibacterianos), utilizamos el fenbendazol. 

Podemos decir también que un producto sumamente conocido de Bayer, utilizado con frecuencia para las desparasitaciones rutinarias es muy útil para tratar este tipo de infecciones. No debemos olvidarnos durante el tratamiento, del control ambiental, en especial en criaderos y en tiendas de animales. Los quistes de giardia pueden mantenerse mucho tiempo en el medio ambiente de las jaulas y en el pelo de los animales. El mejor desinfectante ambiental para casos como estos es el amonio cuaternario, que puede ser usado también en forma tópica en las regiones perianal y perineal, que deben ser luego enjuagadas con un champú, después de 3-5 minutos. En casa, un buen baño en la bañera será lo adecuado para eliminar los parásitos del pelo del animal.

Un problema añadido de las giardias es su potencial zoonótico. Los niños, de manera especial, están en riesgo debido a su tendencia a jugar en áreas verdes y en el suelo donde pueden estar los quistes o el hecho de introducir los dedos en la boca del perro parasitado. A menudo se duda si los pacientes portadores asintomáticos de Giardia deben ser tratados o no. Lo cierto es que los quistes de este parásito han sido asilados de heces normales, y que existen perros que son capaces de permanecer asintomáticos. Pero eliminándolos al medio ambiente.

Mi recomendación por tanto para todos aquellos que sois criadores o que os dediquéis a la venta de cachorros, es que cualquier cachorro nuevo, sea tratado contra las giardias y desinfectado convenientemente antes de juntarlo con los que estén sanos. Se trata simplemente de una medida de salud pública. Lo recomendable sería testar a todos los perros y que todos los que den positivo, tengan síntomas o no, sean tratados adecuadamente.

El futuro está en una vacuna que hizo su aparición en el año 1999, y que está en vías de perfeccionamiento.


La ENFERMEDAD INTESTINAL INFLAMATORIA (EII), está bien reconocida como una de las causas más comunes de diarrea crónica en el perro. El reconocimiento real de la existencia de esta antiquísima enfermedad se ha producido gracias a la utilización de la endoscopia, para investigar con mayor profundidad a los animales con signos clínicos como vómito, diarrea, pérdida de peso y cambios en el apetito. Está nueva técnica de diagnóstico se ha unido a las que siempre hemos utilizado, como son los análisis fecales, los análisis de sangre, las radiografías, y los tratamientos farmacológicos empíricos. Debo decir, y esto es una anotación personal, que se abusa actualmente en demasía de esta técnica y que no siempre el personal que las realiza está lo suficientemente preparado para realizarlas. Sé que no será un comentario muy bien acogido, pero es la perspectiva que tengo desde mi experiencia personal y desde luego no voy a dejar pasar esta oportunidad para comentarla.

Lo cierto es que la única manera de diagnosticar una EII es por endoscopia, a través de la cual se tomará una muestra de tejido intestinal para su posterior biopsia. Y también es cierto que muchos animales con vómito y/o diarrea, sin tratamiento específico, con posterior enfermedad consuntiva eran sacrificados o morían prematuramente como resultado de causas desconocidas.

Podemos decir por tanto que la obtención de biopsias gástricas e intestinales es una firme recomendación en todo paciente con signos crónicos (con una duración mínima de 4 semanas) inexplicables. Sin duda, cuanto más buscamos, más encontramos. El problema es que quién busca no siempre lo hace adecuadamente. ¡Aún nos queda mucho por aprender! Una alternativa al fibroendoscopio en manos inexpertas es la laparatomia exploratoria: abrimos la cavidad abdominal, tomamos las muestras oportunas y cerramos. A pesar de todo, el problema puede venir después. Me refiero a que los histopatólogos, es decir los que teñirán y mirarán las muestras que les hemos remitido, nos darán su opinión subjetiva, que no será necesariamente la misma que la de otro “colega” que analice la misma muestra. ¡Son los insondables misterios de la ciencia! Aún así, ante un perro con diarreas frecuentes en que los tratamiento farmacológicos y dietéticos convencionales han fracasado, el estudio histológico de muestras de tejido intestinal son necesarias.

El término “enfermedad intestinal inflamatoria” describe un grupo de enteropatías crónicas que se caracteriza por una infiltración dentro de la pared intestinal de una serie de células inflamatorias, que incluyen linfocitos, células plasmáticas, eosinófilos, neutrófilos y macrofagos. Podemos decir que en los perros los tipos más frecuentes de EII son la enteritis linfocítica/plasmocítica y la colitis linfocítica/plasmocítica. La enteritis linfocítica pura raras veces se da y la eosinofílica no es tan común como hace tiempo se pensaba.

Lo cierto es que, por desgracia, cada vez que en una biopsia de intestino aparecían un número elevado de cualquier tipo de las células anteriormente citadas, esto valía para hacer el diagnóstico. Y lo cierto es que este tipo de células se pueden presentar simplemente como una respuesta normal a otro tipo de factores. Podemos citar por ejemplo, diversos agentes infecciosos como virus, bacterias y parásitos (por ejemplo las giardias); antígenos alimentarios, presencia de un cuerpo extraño; y tumores intestinales. Por lo tanto, es indispensable antes de meterlo todo en el saco de las EII, investigar más a fondo y nos quedarnos en el resultado obtenido por la biopsia. La verdad es que la causa de la EII a pesar de años de investigación profunda tanto en personas como en animales todavía no se ha descubierto. Se supone que es la respuesta inmunológica del organismo a un desafío antigénico crónico. En medicina humana cada día que pasa, parece demostrarse que se trata de una respuesta autoinmune, ante algo que los mecanismos normales de defensa no pueden controlar.

El síntoma que predomina en los perros jóvenes es el vómito, y no existe predisposición racial o sexual. Según progresa la enfermedad, el vómito se hace mucho más frecuente. Los vómitos suelen ir acompañados de arcadas, y pueden contener líquido transparente, bilis o espuma. En algunas ocasiones también se puede observar la presencia de alimento, incluso horas después de haberlo ingerido. La sangre rara vez hace acto de presencia. No es raro observar que el perro alterna épocas de vómitos cuantiosos con otras en que estos no aparecen, es decir aparecen remisiones y exacerbaciones.

Aún así, la diarrea puede ser el signo más frecuente en el perro, sola o asociada a vómitos intermitentes. Se trata de diarreas con pobre respuesta a los tratamientos convencionales. La pregunta que nos hacemos entonces los veterinarios es: ¿estará afectado el intestino delgado o será el intestino grueso? Ante esta importante “elucubración” debemos estar atentos a las características de las diarreas.

Las diarreas de intestino delgado a menudo se caracterizan por grandes cantidades de deposiciones acuosas, voluminosas, formadas o blandas. La esteatorrea (grasa en las heces) puede ser evidente y en casos crónicos se acompaña de pérdida de peso. En contraste la diarrea de intestino grueso suele tener una consistencia blanda debido al mayor contenido de moco y puede haber hebras intermitentes de sangre roja. Otros signos comprenden mayor frecuencia de intentos defecatorios y defecación en lugares no habituales. Existe urgencia por defecar y el perro no puede contenerse. Los perros que tan sólo tienen afectado el intestino grueso, permanecen contentos, con buen apetito y no pierden peso.

En caso de afectación del intestino delgado, el perro se mostrara apático, en especial en las fases en que haya vómitos, y perderá peso.

Los análisis de sangre normalmente no nos van a dar mucha información, pero deben ser realizados. Puede aparecer anemia, aumento de glóbulos blancos (leucocitosis), aumento de eosinófilos e hipoproteinemia (descenso en los valores de las proteínas). Una prueba bastante específica que podemos realizar en el perro es la determinación de la proteasa alfa-1 fecal, que en estos casos se podrá encontrar muy elevada. Otro parámetro que debe ser medido en perros con diarrea crónica es la concentración de cobalamina (vitamina del grupo B), ya que su deficiencia puede ser la causante de la diarrea. Otras patologías que deben ser descartadas es la presencia de Giardias, Crystosporidium y enterotoxicosis por Clostridium perfringens, así como la hipermultiplicación bacteriana. Los últimos avances demuestran que la realización de placas de bario, es decir de tránsitos intestinales no son útiles, salvo que se sospeche obstrucción intestinal.

En cuanto al tratamiento os diré que los corticosteroides son la primera elección para la enteritis linfocítica/plasmocítica y eosinofílica, especialmente en los casos leves y moderados. En algunas ocasiones, tras algunos reajustes de dosis, la medicación podrá ser retirada en 3 o 6 meses.

En casos más graves las dosis a utilizar de estos mismos medicamentos serán mucho más altas, y puede ser recomendable el uso combinado con metronidazol, lo que permitirá la reducción de la dosis de corticoides.

Todos conocéis los efectos secundarios de estas medicaciones, que en muchas ocasiones pueden ser graves. En estos casos, existe actualmente un nuevo tratamiento con un nuevo corticoide llamado budesonida. Otra alternativa terapéutica si los corticoides y el metronidazol no son capaces de controlar el problema es la azatioprina, sola o combinada con los anteriores, que normalmente deberá ser utilizada entre 3 y 9 meses. Los efectos secundarios a este medicamento no son muy frecuentes, pero si se presentan pueden ser graves, en especial la supresión de médula ósea.

No es raro encontrarse casos en que la medicación debe ser usada de por vida.

Otro parámetro importante que debemos introducir en el tratamiento es la dietoterapìa, que en ocasiones puede conducir a la resolución parcial o completa de los signos clínicos. La dieta a utilizar debe contener una cantidad mínima de aditivos, ser altamente digestibles, y dejar escasos residuos. Es interesante el uso de aquellas comidas que contengan una única fuente de proteínas que “nunca” haya probado el perro (cordero, conejo, venado, pescado, queso blanco descremado). Como fuente de carbohidratos lo recomendable es el arroz, y si la dieta contiene importantes cantidades de ácidos omega-6 y omega-3, será mejor, ya que se ha demostrado su utilidad como antitinflamatorios a nivel intestinal. Estas comidas deberán ser repartidas en dos o tres veces a lo largo del día.

Hasta aquí mi exposición sobre las diarreas crónicas. Hay muchas más causas que las producen, pero sería alargar demasiado el artículo, y debéis comprender que el espacio en la revista es limitado. Se trata sin duda de un problema grave, serio y de muy difícil resolución, y que en muchas ocasiones, a pesar de todos los intentos, acabará con la vida de vuestro compañero.


José Enrique Zaldívar Laguía.
Artículo publicado en la revista El Mundo del Perro.