Sólo porque hemos tomado y sacado algunos animales de su naturaleza para etiquetarlos con una palabra que creamos “Doméstico” no significa que hayamos incidido realmente en su estructura genética, en su diseño. El concepto que tenemos de mascota es sólo un breve momento en comparación con los millones de años de historia salvaje.
La vida moderna de una mascota corre en dirección contraria a la vida salvaje canina o felina desde casi cualquier punto de vista. No es de asombrarse que una gran población de animales domésticos estén aquejados y viviendo enfermos hasta el final de sus días. A la naturaleza simplemente no se le puede engañar, tarde o temprano pasa factura.
En la medida que nos sea posible hagámoslo así, respetemos la naturaleza así como a nuestros animales de compañía, intentemos recrear una existencia tan natural como sea posible para nuestras mascotas. Este es el camino –y el único- para una salud óptima.
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