Hemos adoptado un niño o tenido un bebé y desde que éste nació nuestro perro se comporta de forma extraña. Quiere constantemente atención y se acerca para que lo acariciemos con tanta insistencia que llega a ser muy pesado. Como podemos actuar?
Está claro que el nuevo miembro de la familia hace que inconscientemente centremos en él toda la atención y cariño. Es algo natural y fantástico, pero a él le resulta del todo incomprensible. Para él es un intruso y un desconocido y necesita poco a poco comenzar a acostumbrarse a esa personita y la nueva situación que ha generado.
Lo primero que recomiendo cuando el bebé llega a casa es presentárselo desnudo al perro, con tranquilidad para que lo olfatee sin preocuparnos por un momento de la higiene.
En los días sucesivos podemos hacerle mas fácil el camino si cogemos frecuentemente al bebé en brazos en presencia del perro se lo vamos enseñando y le dejamos que vuelva a olfatearlo.
No olvidemos hablarles y mimarles a ambos con palabras cariñosas. Esto les irá bien a los dos y el perro se dará cuenta de que no es rechazado, sino que ha de compartir nuestro cariño. Hay que tomarlo como un ejercicio diario que requiere tiempo y paciencia pero si se insiste en ello el perro se convertirá en amigo y protector del niño.
En un documental de gorilas una hembra sostenía en brazos a un bebé humano (de sus cuidadores) y trepaba a sus anchas llevándolo con ella. Los padres del bebé estaban muy tranquilos porque los gorilas viven en grupos y son muy cariñosos con sus crías, y se dan cuenta de lo desvalido que es un bebé humano.
En otro documental con elefantes no dudaban en pasear a un bebé humano entre ellos y las hembras disfrutaban olfateándolo.
Estos ejemplos nos enseñan que los animales muy sociables entre ellos nuestros perros, saben tratar a las crías de otras especies si se les da la oportunidad de contactar con ellas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.